Llega 2025: cuatro retos para la sostenibilidad de la agricultura

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Llega un nuevo año. Y 2025 será un periodo especialmente relevante para el sector de la agricultura, en la medida en que está influenciado por factores como el cambio climático, la tecnología o las nuevas demandas del mercado.

Por eso nos parece interesante abordar los cuatro retos más importantes de la agricultura y su sostenibilidad. Una sostenibilidad que cada vez es más urgente y necesaria. Y que cada año requiere de más esfuerzos y compromisos de todos los agentes implicados para lograr objetivos.

Los cuatro retos de la agricultura en 2025

La máxima: sostenibilidad por encima de todo

La necesidad de desarrollar la actividad agrícola desde la sostenibilidad medioambiental, económica y humana no es nueva. Pero a medida que nos acercamos a los ODS es más urgente y contundente esa máxima.

Sólo basta ver algunos de los objetivos planetarios para 2030 y comprobamos que uno de ellos es garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. ¿Qué supone esto? Ser capaces de seguir suministrando alimentos a una población cada vez mayor protegiendo el medioambiente y reduciendo los impactos negativos que puede traer consigo una actividad agrícola o ganadera desacertada.

Luchar contra la desertificación, invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad son otras de las claves de esa sostenibilidad. Y en este punto es importante llevar a cabo prácticas agrícolas sensatas, que den importancia a la conservación del medio y cuiden la calidad de los suelos y la vida de los ecosistemas.

Por eso para MAFA es tan importante generar biosoluciones que ayuden a restaurar y mejorar la salud del suelo, la biodiversidad y la calidad de los recursos naturales, favoreciendo con ello la producción de alimentos saludables.

También en esa línea se halla, por ejemplo, la llamada agricultura regenerativa, centrada en minimizar el impacto sobre el suelo, mejorar la fertilidad o diversificar los cultivos. Todo ello a partir de la reducción de maquinaria pesada, utilizar soluciones biológicas o mantener las cubiertas vegetales.

La aplicación de la tecnología

En esta parte toca hablar de la Estrategia Española de Economía Circular (EEEC), España Circular 2030. Y es que este documento ahonda en la necesidad de avanzar en el desarrollo e implementación de tecnologías “basadas en la agroecología o en la agricultura inteligente y sostenible, en las que se conjuga eficiencia, preservación de los recursos, mantenimiento del entorno y competitividad”.

Sería una necedad dar la espalda a los muchos avances tecnológicos acaecidos en los últimos años. La tecnología sigue mejorando sus aplicaciones. Y la agricultura no es excepción, en la medida en que elementos como el big data y la inteligencia artificial permiten hoy día obtener sistemas predictivos para mejorar la toma de decisiones vinculadas a los cultivos. Por su parte, el uso de drones y sensores nos brinda un monitoreo más preciso y eficiente de los cultivos.

Incentivar el relevo generacional

Este será un reto para la agricultura de 2025 y, desafortunadamente, de muchos años en adelante. Pero es otra cuestión de suma importancia para hablar de agricultura sostenible. Porque la actividad no tendrá futuro sin personas dispuestas a hacer de ella su profesión.

La falta de relevo generacional ha pasado a ser en la actualidad un tema preocupante, como lo es la pérdida de población en las zonas rurales y el envejecimiento de las personas que se dedican al sector agrícola.

Por eso estamos en un momento clave para que, desde la administración, el sistema educativo… la sociedad en general se dé el peso y relevancia que tiene a este sector. Urge fomentar el relevo generacional mediante incentivos económicos y programas de capacitación que atraigan a los jóvenes al campo y que ayuden a fijar población en los pueblos, donde está el epicentro de la agricultura y la ganadería.

Más y mejor biotecnología

Ya hemos hablado del papel que la tecnología está y debe seguir teniendo en la agricultura que necesita el planeta.  Mención especial merece la tecnología biológica o biotecnología, que, como no nos cansamos de repetir, está permitiendo el desarrollo de soluciones naturales, sostenibles y sin toxicidad alguna.

Utilizando las ventajas que ofrecen numerosos microorganismos, podemos y debemos propiciar cultivos resilientes, fuertes, protegidos y protectores de su entorno. Y por eso es tan importante utilizar la investigación para crear productos que no sólo favorezcan el mejor crecimiento de plantas y árboles y el rendimiento de los cultivos, sino que sirvan para conservar los recursos que requiere una actividad imprescindible para la humanidad.

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