La salud del suelo agrícola: 3 razones para conocerlo y protegerlo
Igual que es importante para las personas, la salud del suelo agrícola es un elemento imprescindible para el rendimiento de nuestros cultivos y, como no, para la calidad de sus productos. Aunque sea de forma sintética, proponemos 3 razones para conocer y proteger la salud del suelo agrícola. Sí. Tan importante es protegerlo y cuidarlo, es decir, mantenerlo en óptimas condiciones, como conocer su estado. Sólo así podremos saber qué necesita, qué carencias tiene y qué soluciones podemos dar a aquello que está perjudicando el desarrollo de nuestras plantas o árboles.
Pero antes de dar esos motivos, qué tal si nos planteamos qué podemos definir como un suelo sano.
Proporción ideal de un suelo sano
- Minerales
- Materia orgánica
- Agua
- Aire
- Minerales
- Materia orgánica
- Agua
- Aire
¿Qué es un suelo sano?
Según la FAO (la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), un suelo sano es un ecosistema vivo y dinámico, lleno de organismos que cumplen muchas funciones vitales. Entre ellas:
- transforman la materia inerte y los minerales en nutrientes para las plantas;
- controlan las enfermedades de las plantas, los insectos y malas hierbas;
- mejoran la capacidad de retención de agua y nutrientes;
- mejoran la producción de cultivos;
- y contribuyen a mitigar el cambio climático al mantener o aumentar su contenido de carbono.
Razones para proteger la salud del suelo
1 La salinidad de los suelos está aumentando
Según la FAO, alrededor de 400 millones de hectáreas pueden clasificarse como salinas, cifra preocupante teniendo en cuenta que la producción de alimentos deberá aumentar al menos un 70% para alimentar a la población mundial que habrá en 2050.
¿Posibles soluciones?
Crear reservas de agua de baja salinidad; investigar tecnologías para reducir el impacto de la salinidad; monitorizar la calidad y cantidad de agua aplicada y disponible; y utilizar biofertilizantes residuo cero para disminuir la salinidad del suelo.
2 Los suelos agrícolas actúan como una reserva de nutrientes para los cultivos
Cada uno de los macronutrientes y micronutrientes que necesitan las plantas para su ciclo vital tiene funciones específicas en cada momento de su desarrollo. El suministro de nutrientes debe ser equilibrado y para ello hay productos pensados con las proporciones adecuadas para cada situación. De entre ellos, hay elementos tan imprescindibles como el nitrógeno.
A tener en cuenta…
Existe numerosa bibliografía sobre las recomendaciones de fertilización, como ésta del Ministerio de Agricultura. Pero también es interesante analizar los suelos y tener en cuenta 4 parámetros:
La textura, que es fundamental para conocer la retención de nutrientes.
El PH, es decir, si son suelos ácidos o alcalinos y cómo reaccionarán con determinados insumos.
La conductividad eléctrica, relacionada con la salinidad del suelo.
Y la presencia de nutrientes, tanto macronutrientes (nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio) como micronutrientes (hierro, boro, manganeso, cinc, molibdeno y cobre).
3 El proceso de crecimiento de las plantas depende de la fertilidad del suelos
El equilibrio de los ecosistemas contribuye a que los suelos sean saludables y óptimos para los cultivos. De hecho, la materia orgánica que se produce como resultado de las cadenas tróficas se mantiene dentro del sistema.
El suelo está completamente vivo y en él viven infinidad de organismos macro y microscópicos. Bacterias, hongos, actinomicetos, protozoos, algas y muchos invertebrados confirman que la base orgánica de nuestro sustrato condicionará su fertilidad y sostenibilidad como suelo agrícola. Hasta el punto de que cualquier desequilibrio en este sentido afectará significativamente al funcionamiento y las propiedades del suelo.