La conservación del suelo: 5 claves para entender su importancia

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Como sabéis en MAFA hablamos con frecuencia de la importancia de la conservación del suelo, de procurar su buena salud porque es la nuestra. Y, como estamos en la antesala del Día Internacional de la Conservación del Suelo, creemos que puede ser interesante dar 5 claves para entender su importancia.

«La tierra productiva es nuestra base, porque cada cosa que nosotros hacemos comienza y se mantiene con la sostenida productividad de nuestras tierras agrícolas». Son palabras del científico estadounidense Hugh Hammond Bennett, quién dedicó su vida a demostrar que el cuidado del suelo era imprescindible y en honor al cual se conmemora el Día Internacional de la Conservación del Suelo cada 7 de julio.

Conservar los suelos y, sobre todo, asegurar su buen estado es primordial básicamente porque son la base de la agricultura y el medio en el que crecen casi todas las plantas de las que obtenemos alimentos. Un suelo sano proporciona los nutrientes esenciales, agua, oxígeno y soporte para las raíces, de modo que las plantas puedan crecer y desarrollarse adecuadamente.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el suelo se define como un cuerpo natural constituido por capas compuestas de materiales de minerales meteorizados, materia orgánica, aire y agua. Es el producto final de la influencia del tiempo combinada con el clima, topografía, organismos (flora, fauna y ser humano), de materiales parentales (rocas y minerales originarios).

 

Como datos curiosos...

Una hectárea de tierra fértil puede contener más de 300 millones de pequeños invertebrados.

La tierra que cabe en una cuchara puede encerrar un millón de bacterias, además de cientos de miles de células de levaduras y pequeños hongos.

Alrededor del 85% de CO2 de nuestra atmósfera proviene de la acción de los microorganismos que se alimentan de la materia orgánica del suelo.

Un centímetro de suelo puede tardar en formarse entre 100 y 1.000 años.

Por todo ello su conservación es esencial para mantener la vida en el planeta.

La directiva de la UE para promover la conservación y restauración del suelo

La también llamada la Ley de Vigilancia del Suelo es una directiva propuesta por la Comisión Europea en julio de 2023 para lograr la salud de todos los suelos europeos de cara a 2050.

La nueva ley obligará a los países de la UE a monitorear primero y luego evaluar la salud de todos los  suelos en su territorio.

Para apoyar la aplicación, la Comisión pondrá a disposición de todos un conjunto de herramientas de gestión sostenible del suelo.

5 claves para entender la importancia de conservar el suelo

UN SUELO SANO CONTRIBUYE A PREVENIR PLAGAS Y ENFERMEDADES

Los microorganismos del suelo transforman los compuestos orgánicos e inorgánicos y liberan nutrientes de manera tal que las plantas pueden absorberlos. Estas transformaciones también son vitales para la filtración, la degradación y la inmovilización de los contaminantes en el agua y el suelo. Además, la diversidad de los suelos contribuye a mejorar el control, la prevención y la eliminación de plagas y patógenos.

CONSERVARLO ES MUCHO MEJOR QUE RESTAURARLO

La razón es bien sencilla. El suelo es un recurso frágil y prácticamente no renovable, ya que su proceso de recuperación es muy lento. Una vez degradado, necesita siglos para poder recuperarse.

Para que se forme un centímetro de suelo tienen que pasar hasta mil años. Según el Centro Internacional de Información y Referencia de Suelos (ISRIC) casi una cuarta parte de la tierra del planeta presenta degradación moderada o severa del suelo. En el caso de la tierra cultivada, que es solo el 10% de la tierra firme, más de la mitad está en situación de degradación.

EN ÉL SE DESARROLLAN EL 95% DE LOS ALIMENTOS QUE CONSUMIMOS

El 95% de los alimentos provienen del suelo, ahí es nada. Si a este dato tan significativo (de la FAO, por cierto) le unimos el de que solo el 12% de la superficie terrestre es cultivable, podemos decir que conservar el suelo no solo es un reto; es nuestra obligación y una necesidad urgente si queremos que no peligre nuestro sistema de producción de alimentos.

Pero, además, hemos de conservar un suelo equilibrado, saludable, rico en biodiversidad y con una temperatura de entre unos 15 y 25 grados, que es el rango térmico en el que se desarrollan la mayoría de los procesos del suelo, se produce la germinación y se favorece la vida de los organismos que viven en el subsuelo. Un suelo sano facilita la circulación de agua y tiene vida microbiana activa, cuyos microorganismos desempeñan funciones tan importantes como la fijación de nitrógeno, la proporción de oxígeno y la descomposición de la materia orgánica y minerales para que puedan ser absorbidos por las raíces de las plantas a modo de nutrientes.

NO SÓLO ES FUNDAMENTAL PARA LA AGRICULTURA, SINO QUE UNA AGRICULTURA Y UN SUELO SOSTENIBLES CONTRIBUYEN A MITIGAR EL CAMBIO CLIMÁTICO

Y esta es una razón de peso, porque por una agricultura sostenible es la llave para garantizar la seguridad alimentaria y, por otro, es una actividad que, aunque se desarrolla en el suelo, requiere de un sustrato fértil y saludable que la propia agricultura ha de conservar con correcta gestión.

La gestión sostenible del suelo, de la mano en este caso de una agricultura que lo respete y proteja, es clave en la mitigación del cambio climático. Y es que los suelos almacenan el carbono y disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Además, los suelos con alto contenido de materia orgánica almacenan grandes cantidades de agua y, de esta forma, favorecen la formación de cultivos más resilientes, capaces de sobrellevar la sequía.

ES LA PRINCIPAL FUENTE DE NUTRIENTES DE LAS PLANTAS Y, POR TANTO, UNA DE LAS FUENTES DE VIDA FUNDAMENTALES EN EL PLANETA

Antes recordábamos que el 95% de los alimentos que consumimos tienen su origen en el suelo. Pero es que, de los 18 elementos químicos esenciales para las plantas, 15 proceden del suelo. Es decir, es la fuente de nutrientes principal de las especies vegetales, de las plantas y, por extensión, de los cultivos agrícolas. Y, por tanto, es una fuente de vida esencial para el planeta y para nosotros mismos.  La falta de nutrientes y la degradación del suelo minimiza su capacidad para producir alimentos,

Dicen los expertos que en un trozo de tierra podemos encontrar más organismos vivos que personas en La Tierra, porque al menos una cuarta parte de la biodiversidad mundial habita bajo tierra, sobre todo bacterias y hongos, que, junto a otros organismos, actúan como los agentes principales que impulsan el reciclaje de nutrientes y permiten a las plantas desarrollarse.

Dicho de otra manera, en el suelo comienza la biodiversidad que hay por encima de él.

Estamos ante un reto y una necesidad: el crecimiento demográfico del planeta exige aumentar la producción alimentaria y, por tanto, mantener suelos sanos y productivos

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