5 buenos deseos para una agricultura sostenible en 2020
Como el año acaba de empezar, queremos formular 5 buenos deseos para una agricultura sostenible en 2020. La agricultura es crucial para la economía, pero debe adaptarse a nuevos retos, como el cambio climático, la conciencia medioambiental de la sociedad y unos hábitos de consumo más responsables. Ahí van nuestros...
5 buenos deseos para una agricultura sostenible en 2020
Las tendencias se dirigen en 2020 hacia una agricultura más sostenible y productora de alimentos para una población cada más preocupada por saber lo que come. La agricultura sostenible requiere transparencia y confianza, porque el consumidor quiere conocer qué come y qué impacto tiene. Y en ello la agricultura residuo cero es una alternativa en alza.
En diciembre de 2018 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 2020 como el Año Internacional de la Sanidad Vegetal (AISV). En 2020 debe crecer la sensibilidad del sector agrícola de todo el planeta sobre hasta qué punto es importante la protección de la salud vegetal. Para proteger el medio ambiente y posibilitar una producción de alimentos que se adapte a la demanda de la sociedad.
Las plantas constituyen el 80 por ciento de los alimentos que comemos y producen el 98 por ciento del oxígeno que respiramos. Sin embargo, se enfrentan a la amenaza constante de plagas y enfermedades. Para prevenirlas y frenarlas, son fundamentales los fitobióticos y bioestimulantes. Siempre elaborados con elementos naturales y sin generar residuos, por supuesto.
No hay duda de que el sector agrario es fundamental en la sociedad, como productor de alimentos de calidad y saludables y suficientes. Pero también como vertebrador del territorio y fórmula para evitar el despoblamiento rural.
Es decir, 2020 necesita una agricultura fuerte, en la que el relevo generacional sea una realidad gracias al apoyo de las administraciones y a políticas que fomenten el desarrollo rural desde todos los ámbitos.
Como la propia FAO -la organización de la ONU para la Alimentación- reconoce, el problema que plantea el agua con el cambio climático es indiscutible. La óptima gestión del agua debe ser considerada prioritaria.
También es importante reducir la brecha tecnológica que existe entre los países a través de la transferencia de conocimientos, con la cooperación entre territorios, para incrementar la producción y la productividad agrícolas de manera sostenible, por supuesto.
Si de verdad queremos conseguir una agricultura sostenible también tenemos que tener un consumo responsable. Al final, todos somos consumidores. Y siempre que consumimos tomamos decisiones en relación a qué productos son «necesarios» y en qué proporción.
Por eso hasta que la sociedad no tome conciencia de lo importante que es consumir únicamente los productos que realmente necesitamos no lograremos una agricultura sostenible. Una agricultura sostenible, residuo cero, en la que la producción se adapte a un consumo eficiente y no a un consumismo excesivo, que sólo aumenta el número de residuos y el desperdicio de alimentos.