Semana Mundial del Agua: 5 formas de optimizar el uso del agua en el campo
Los últimos días de agosto la Organización de las Naciones Unidas organiza la Semana Mundial del Agua, unas jornadas para reflexionar sobre la importancia de optimizar el uso de un bien tan escaso como valioso e imprescindible. Desde aquí queremos hacer nuestra humilde aportación a una cuestión que debemos asumir y afrontar con soluciones factibles. Y, por eso, con la Semana Mundial del Agua muy presente, queremos destacar 5 formas de optimizar su uso en el campo.
¿Por qué es tan importante optimizar el uso del agua en los sistemas de producción agrícola?
Porque la falta de agua -por escasez endémica del territorio o por periodos de sequía- merma la producción de numerosos alimentos y repercute en los precios y en el mercado. Ya lo han indicado más de una vez desde la FAO: no hay seguridad alimentaria sin seguridad hídrica, asegura este organismo de la ONU.
Cuidar el agua
Y es que la conservación de los recursos hídricos y la correcta gestión del agua deben ser prioritarias para todos los sectores. Centrándonos en el sector primario, los objetivos han de ser:
- producir de manera que se conserve el agua;
- utilizar el agua sólo si es imprescindible y siempre de manera más sostenible e inteligente;
- y contribuir a que la agricultura y la ganadería atiendan la realidad del cambio climático.
5 formas de optimizar el uso del agua en el campo
Elegir el sistema de riego más eficiente para cada tipo de cultivo. De hecho, cada vez existen más aplicaciones tecnológicas y herramientas que nos permiten usar sólo y exclusivamente el agua imprescindible, sin malgastarla ni perderla. Sensores, goteo subterráneo, sistemas automatizados, fertirriego… son algunas de las muchas opciones.
Por eso, cada vez más empresas especializadas ofrecen al agricultor soluciones para hacer una gestión lo más acertada posible de los recursos hídricos que se destinan al campo.
Usar sistemas de riego ‘inteligentes’. Cada vez son más las empresas especializadas que crean soluciones ‘smart’ de riego. Ello permite, a través del uso de modernas tecnologías, establecer el momento, la frecuencia y el tiempo de riego óptimos en función de las características del suelo, del clima y del tipo de cultivo existente.
Además, en el caso del uso de maquinaria que requiere de mucha energía (como es el caso del bombeo), se puede recurrir a un equipo solar fotovoltaico, más eficiente y barato que el suministro eléctrico convencional.
Organizar y ordenar los cultivos de manera eficiente. En este caso, lo interesante es agrupar tipos de plantas o árboles según sus necesidades de agua. Ello nos permite enfocar el tipo y la frecuencia de riego más adecuados a cada clase de cultivo, según su demanda hídrica.
Fórmulas de gestión alternativas. Nos referimos a muchas de las opciones que han surgido en los últimos años, como el tratamiento de aguas residuales para su reutilización y aplicación al riego agrícola. Interesante también es la acuaponía, que puede solucionar la gestión eficiente y combinada de agua con un sistema que une la acuicultura (la cría de peces) y la hidroponía (el cultivo de plantas en agua sin suelo).
Aguas grises para el campo
Sin duda la acuaponía es una opción diferente de uso de agua en el campo, lo mismo que ocurre con las llamadas ‘aguas grises’ (aguas reutilizadas como las arriba mencionadas). La reutilización del agua, almacenando el agua de lluvia, con depósitos de recuperación de agua o dando un nuevo uso al líquido filtrado, también ayudan. Al fin y al cabo de lo que se trata es de evitar el malgasto de agua en el campo.
Conocer bien el suelo y usar técnicas para mantener la humedad. Puede parecer obvio, pero identificar claramente el tipo de suelo donde crece nuestro cultivo es importante para aplicar soluciones adicionales que le ayuden a retener el agua o mantener el sustrato con la humedad óptima. Además, son muy prácticas técnicas como el acolchado o mulch. Consiste en cubrir la superficie del suelo con materiales naturales como cortezas de árboles o restos de poda para evitar la pérdida de agua por la evaporación y mejorar la humedad de la tierra.
Hay muchas formas de optimizar el uso del agua en todos los ámbitos. Es un recurso escaso, valioso e imprescindible para la vida.
Cuidémoslo.