Afrontar la sequía: soluciones naturales para los cultivos cuando el agua es escasa
No descubrimos nada nuevo cuando os hablamos del ciclo de sequía que desafortunadamente nos está tocando vivir. La falta de precipitaciones está provocando una escasez de agua que inevitablemente también perjudica a los cultivos. Y es por eso que es fundamental afrontar esa sequía de la mejor manera, con biosoluciones naturales que amortigüen el estrés hídrico que sufren las plantas en esta situación.
En MAFA creemos que es clave dar soluciones a esta coyuntura, no sólo mejorando el rendimiento de los cultivos en una circunstancia climática como la actual y la venidera, sino también creando productos que mejoren el entorno y contribuyan desde su formulación a no agravar las condiciones del calentamiento global.
Y es que al fin y al cabo en la propia definición legal de los bioestimulantes ya se hace mención a esa función. Según la directiva europea 2009/1009, los bioestimulantes tienen cuatro funciones básicas:
- mejorar la eficiencia en el uso de nutrientes de los vegetales,
- mejorar su tolerancia al estrés abiótico,
- mejorar sus propiedades de calidad
- e incrementar la disponibilidad de nutrientes inmovilizados en el suelo o la rizosfera.
Dicho de otro modo, biosoluciones naturales como los bioestimulantes pueden potenciar los procesos naturales de la planta, reduciendo con ello sus necesidades energéticas y, sobre todo, aumentando sus defensas ante condiciones climáticas perjudiciales para sus funciones vitales. Es decir, logramos cultivos más resilientes y protegidos sin menoscabar su productividad.
En estas biosoluciones naturales, componentes como los aminoácidos (que precisamente protagonizaron nuestro último post) ayudan a la planta a estar más vigorosa para defenderse ante el estrés hídrico y la hacen más resistente ante condiciones de falta de agua.
Además, tampoco podemos obviar que los bioestimulantes residuo cero, como los que elaboramos en MAFA, ayudan a preservar en buenas condiciones tanto los suelos como el agua que reciben. Logramos que la planta capte en óptimas condiciones los nutrientes aplicados al suelo y contribuimos a reducir el uso de otros productos adicionales. Es decir, con los bioestimulantes minimizamos la necesidad de usar otro tipo de productos, puesto que reforzamos las defensas de la planta para afrontar plagas y enfermedades.
Más biosoluciones naturales para afrontar la sequía
Pero afrontar la sequía requiere de muchos más manejos agrícolas que el uso de bioestimulantes sin residuos. En una situación de cambio climático resulta fundamental prestar especial atención al suelo, en la medida en que constituye el suministro de nutrientes esenciales y el sostén de las raíces. Es decir, es un componente esencial para entender la sostenibilidad en la agricultura, ya que un suelo saludable protege la calidad de las aguas de los ecosistemas agrarios.
Nuestros suelos necesitan una buena estructura y unos óptimos niveles de materia orgánica, lo que implica una mejor reserva de nutrientes, mayor intercambio de nutrientes, una mayor actividad de los microorganismos del suelo, etc. Y es por ello que también son importantes en esta situación de sequía la aplicación de reguladores y acondicionadores del suelo, así como probióticos y prebióticos, una línea en la que avanzamos decididos en nuestros laboratorios porque entendemos que en ellos reside la protección más natural y saludable de los cultivos.
Como destaca el propio Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), «investigar cómo responden las plantas a la sequía y diseñar nuevas estrategias para el avance de la sanidad vegetal son claves para mejorar la eficiencia del uso del agua y garantizar la disponibilidad alimentaria futura». Al igual que el CSIC, en MAFA consideramos que la biotecnología y el uso de bioestimulantes y otras biosoluciones naturales ofrecen nuevas estrategias para combatir la escasez de agua y hacer frente a las necesidades de la agricultura del futuro.
