Las propiedades bioestimulantes del hongo Trichoderma

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Ya sabéis que no nos cansamos de decir que el suelo está lleno de vida. Vida beneficiosa en muchos casos para la salud de los cultivos y, por tanto, para su rendimiento. Pues bien, hoy os queremos dar algunos datos interesantes del hongo Trichoderma harzianum, que es uno de los microorganismos más comunes que hay en el suelo y el hongo más extendido en él.

La clave de sus muchos beneficios y aplicaciones bioestimulantes y de control biológico es que se encuentra en la rizosfera, donde se hallan las raíces de las plantas. Y, por tanto, sus cualidades trabajan en uno de los puntos claves para las funciones vitales de éstas. El hongo Trichoderma está cerca de la vía de absorción de nutrientes y agua de la planta, pero además genera proteínas, por lo que mejora las propiedades químicas y físicas del suelo y, por extensión, da estabilidad y mejores condiciones de crecimiento a los cultivos.

Así pueden afrontar mejor situaciones de temperaturas extremas, sequía, salinidad… debido a la regulación de ciertas fitohormonas. En suma el hongo Trichoderma propicia plantas más resilientes y más resistentes al estrés abiótico.

 

El hongo Trichoderma no es nuevo. El género trichodermas fue descubierto el siglo XVIII por el micólogo sudafricano Christiaan Hendrik Persoon en 1794.

Desde su descubrimiento, y a medida que se ha conocido cómo actúa, se han analizado y aplicado su tres interacciones clave en las plantas: control biológico directo, control biológico indirecto y bioestimulante, efecto este último que nos ocupa y que depende de la cepa usada.

VEAMOS EL EFECTO BIOESTIMULANTE DEL HONGO TRICHODERMA

De hecho ayuda, y mucho, a solubilizar el fósforo, que es un nutriente fundamental para las plantas. Y es que al acidificar el suelo propicia que se absorba mejor este macronutriente, importantísimo en el crecimiento de plantas fuertes.

Favorece la producción de hormonas como las auxinas, que activan el crecimiento vigoroso  y en tamaño de la planta.

Como ya hemos comentado más arriba, el hongo Trichoderma protege a la planta del estrés abiótico, al ser un apoyo extra para ésta, que así se adapta mejor a situaciones como los cambios de temperatura o la falta de agua, factores a los que, como sabemos, todo cultivo es especialmente sensible.

Contribuye a la formación de raíces más fuertes. Además, se logra un enraizamiento más profundo y, por tanto, sólido. Es una garantía para una planta más saludable.

La relación de simbiosis que el hongo trichoderma establece con la planta a través de la raíz actúa a modo de antibiótico preventivo. De esta forma, se favorece que tenga más resistencia a virus, bacterias… y evita que ciertos patógenos ataquen a la raíz.

PERO, ¿CÓMO ACTÚA ESTE HONGO?

La utilidad de Trichoderma reside en su capacidad para captar las enzimas hidrolíticas de los hongos a los que parasita para así mejorar su propio funcionamiento, en un mecanismo conocido como micoparasitismo. También actúa con enzimas que degradan la pared celular de los patógenos o inhiben la actividad enzimática de éstos, confundiendo su mecanismo de ataque e impidiéndoles afectar a la planta.

Por otro lado, los ácidos producidos por el hongo facilitan la solubilización de fosfatos, micronutrientes y algunos minerales (como el hierro, el manganeso y el magnesio) presentes en el suelo. Además, al participar en la descomposición de la materia orgánica del suelo, aumentan la cantidad de nutrientes nitrogenados que pueden ser absorbidos por las raíces de las plantas, cuyos microbiomas juegan un papel fundamental en la nutrición y productividad de los cultivos.

UN NUEVO PRODUCTO BASADO EN LA APLICACIÓN DE TRICHODERMA

Como podéis ver muchos son los efectos positivos de la aplicación de este hongo en la planta:

  • Control biológico de enfermedades fúngicas tanto en raíces como en hojas y frutos.
  • Cambios y mejoras en las raíces, que ganan en profundidad
  • Mayor crecimiento y desarrollo radicular.
  • Mejor absorción de nutrientes.

Por ello pronto estará en el mercado un nuevo bioestimulante de MAFA, en este caso aprovechando la actividad antifúngica de nuestra cepa Trichoderma harzianum con capacidad, entre otras cosas, para el biocontrol frente al hongo fitopatógeno Botrytis cinerea.

En nuestras investigaciones, basadas en la antibiosis, hemos constatado una altísima inhibición fúngica y, en consecuencia, una elevada capacidad para favorecer un óptimo crecimiento de la planta.

PORQUE TODOS QUEREMOS CULTIVOS RESISTENTES Y PRODUCTIVOS

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